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Mostrando entradas de mayo, 2016

A FAR AWAY COUNTRY...

Iñigo Errejón se queja de que se haga campaña «en países muy lejanos al nuestro». Sirvan estas entradas, antiguas y nuevas, para recordarle que hasta hace poco el país en cuestión no le resultaba lejano. « Todos los Estados, todos los dominios que tuvieron o tienen potestad sobre los hombres, pueden dividirse en repúblicas o principados. Estos, a su vez, pueden ser hereditarios (…) o nuevos (…) y se conquistan con ayuda de ejércitos ajenos o propios, por fortuna o por virtud » . Así comienza El Príncipe , de Maquiavelo. No parece una frase especialmente complicada pero, a juzgar por la clase magistral (ejem) que propina a unos pobres profesores venezolanos que pasaban por ahí, se le ha atascado al politólogo Juan Carlos Monedero . Maquiavelo habla claramente de la fuerza, la fortuna y la virtud como métodos de conquistar el estado, pero al pasar por Monedero estos tres elementos quedan convertidos en fortuna, virtud y necesidad . Vayan, vayan al capítulo XXVI exhorta Monedero

¿LA NUEVA POLÍTICA?

Publicado en Diario de Mallorca, 21 de mayo de 2016 La crisis ha debilitado seriamente la clase media. Las tasas de paro españolas –una anomalía en Europa sólo compartida con Grecia– y la precariedad del mercado laboral han provocado que haya siete millones de personas que, aun trabajando, no alcanzan el salario mínimo en cómputo anual. Muchos lo están pasando mal, y mucha gente se muestra legítimamente preocupada y escandalizada, pero hay otros factores que tener en cuenta. Ante las crisis, a lo largo de la historia y la geografía se repite con exactitud milimétrica el mismo fenómeno: la aparición de profetas. Aprovechando –y fomentando– el descontento, la inseguridad y la frustración de la población, los profetas ofrecen soluciones mágicas, milagrosas, como las de aquellos vendedores de crecepelo que prometían cabelleras leoninas a los que habían perdido la suya. Que la nueva política no es tanto una construcción ideológica como una corriente emocional, producida

COLA DE RIENZO Y PETRARCA: EL DICTADOR Y EL ARTISTA (8)

En algún momento entre 1190 y 1195 el abad calabrés Joaquín de Fiore accedió a una revelación: en las Escrituras se encuentra encriptado un manual para entender la historia de la humanidad, y una guía para averiguar su futuro. No era el primero en pretender encontrar significados escondidos en la biblia –en esos momentos la cábala se estaba desarrollando en España y Francia- pero sí en utilizar ese conocimiento como ciencia predictiva de la historia. En este sentido el abad de Fiore puede considerarse el primer historicista, anticipándose en casi siete siglos a los que vendrían después. Basándose en el Antiguo y Nuevo Testamento, y especialmente en el Apocalipsis, Joaquín de Fiore decidió que proporcionaban un patrón de la historia como un ascenso a través de tres sucesivas edades [15], cada una de ellas presidida por una de las personas de la Trinidad. La primera fue la Edad del Padre; la segunda, la contemporánea al abad, era la Edad del Hijo. La tercera, que estaba por llegar, e

COLA DE RIENZO Y PETRARCA: EL DICTADOR Y EL ARTISTA (7)

26 de agosto de 1346. Amanece en Abbeville y Felipe VI de Francia está contento. Lleva diez días persiguiendo al ejército de Eduardo III de Inglaterra, que ha cruzado el canal con planes poco definidos: es posible que pretendiera una gran invasión del noroeste francés apoyado por un ataque simultáneo desde Flandes; es probable que sólo se tratase de una incursión masiva para humillar al rey francés delante de sus súbditos. Lo cierto es que, tras saquear todos los pueblos por los que ha pasado, y merodear por las cercanías de París, Eduardo III ha emprendido una marcha forzada hacia el norte, intentando alcanzar los puentes del Somme antes que los franceses. Tras varios intentos infructuosos los ingleses han conseguido pasar por el vado de Blanchetaque, y ahora esperan, cansados y hambrientos, unos kilómetros al norte. En Crecy. A Felipe VI se han unido sus aliados. El rey Juan de Bohemia; Carlo Grimaldi [13]con un contingente de ballesteros genoveses; Luis de Flandes; Jaime, último