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Mostrando entradas de agosto, 2013

SABINO Y LA PLAGA

En Amaya Navarro Villoslada ha pintado a los vascos como un pueblo noble y puro que ha tenido que acudir en auxilio de los degenerados godos para enfrentar la amenaza musulmana y crear así una España católica [1]. Sabino está completamente de acuerdo en la primera parte (la pureza de unos y la corrupción de los otros), pero para su estado católico bastan los vascos (y sobran los demás). En el número 4 de Bizkaitarra (diciembre de 1893) Sabino escribe un artículo titulado Los invasores: "Con este título ha visto últimamente la luz pública en un semanario de Bilbao un bien escrito artículo que se ocupa en las varias clases de maketos y en su pestífera influencia ”. Sabino se congratula de que al fin alguien se haya decidido a atacar “de frente y sin viles respetos a la invasión maketa” , y en consecuencia manda a su autor “ la más bizkaina enhorabuena” . Desde ese momento y hasta el fin de sus días, Sabino se dedicará a exponer de forma machacona, obsesiva y

SABINO COMO AUTOMITO

Por Belosticalle La mitomanía bien entendida empieza por uno mismo . «Gracias, Señor, porque no soy como los demás; como este publicano, sin ir mas lejos»   (Lucas 18: 12). Sabino Arana fue gran mitómano, predicador machacón de su mito fundacional , Euzkadi;   pero sobre todo de su automito, ‘Yo, el creador de Euzkadi’. A Sabino, la realidad vasca sin Sabino le importaba un comino (dicho sea en prosa rimada). De haberle interesado tanto como presumió, se habría puesto a estudiarla en serio y objetivamente –tanto al menos como trabajó la lengua vasca–, y habría producido algún trabajo o trabajillo histórico o sociológico sobre su país. Lejos de eso, el autodenominado «historiador filósofo» se agarró a una idea facilona preconcebida y subjetiva, que adobó con cuatro seudoleyendas históricas mal contadas (pues eso es ‘Bizkaia por su independencia’ ). Porque para su ego más íntimo, la razón de ser y existir lo Vasco era el mito de su redención por Sabino. Vamos por partes.

BREVE APUNTE SOBRE JUVENTUD Y PAISAJE DE SABINO

Sabino nace en enero de 1865 en la anteiglesia de Abando, aún no incorporada a Bilbao. Crecerá en un mundo agitado: la industrialización de las vascongadas, la derrota carlista, la abolición de los fueros,   configuran un mundo cambiante y conspiran para diseñar un escabroso paisaje emocional en el joven. La familia Arana ha gozado de una buena posición en Vizcaya. Tanto el abuelo como el padre de Sabino han sido alcaldes de Abando, y este último mantiene un astillero en sociedad con un primo. Pero los Arana no se adaptan al rápido ritmo de la industrialización, y la familia experimenta un continuo declive. El padre de Sabino es carlista, y la derrota del pretendiente supone un nuevo revés. Dice Juaristi que Sabino guardará el resentimiento derivado de una derrota bélica y de una familia venida a menos, y su furibundo nacionalismo le servirá para canalizarlo: “sólo habiendo perdido un patria que nunca existió le sería posible curarse de sus humillaciones reales” [1]. Sabino

OBLIVION (2013)

¡ATENCION, SPOILER ! Oblivion se encuadra en lo que algunos autores [1] llaman ciencia-ficción ‘gnóstica’, en la que la realidad tal y como la perciben los protagonistas (y el espectador) no es tal, sino un camuflaje, un disfraz creado por un poder maligno para esclavizar a los primeros y entretener a los segundos. La película más famosa de esta categoría es Matrix, en la que los humanos, sin saberlo, están recluidos en minúsculas celdas por extraterrestres que les extraen todos sus fluidos en beneficio propio mientras les entretienen conectados a una realidad virtual que ellos creen verdadera. En cualquier caso el guionista de Oblivion no sabe que hacer con estos mimbres, y el resultado es muy mediocre. Comienza la película en el 2077 con una pareja de humanos bastante perfecta Jack (Tom Cruise) y Vika (ni idea), aunque esta última tiene la desagradable costumbre de parecer diseñada por ordenador. Viven en una bonita casa suspendida por encima de las nubes, con piscina y plaza p

SABINO ARANA: LA ENFERMEDAD DEL BRONCE

Por Belosticalle                  « Cuando se sacan a luz los hechos con los nombres de sus autores, no hace falta aplicar a éstos ningún calificativo, porque el lector se encarga de juzgarlos. » (Sabino Arana Goiri, ‘El Bizkaitarra’ , Nº 4, dic. 1893) El 30 de noviembre de 2003, el ya caído o descabalgado preboste del Partido Nacionalista Vasco (PNV), Xavier Arzalluz, se despedía a su estilo  autocrático, inaugurando en Bilbao la primera estatua del fundador Sabino Arana. Fue idea toda suya. La designación de artista y aprobación del proyecto, suya la elección de emplazamiento, suyo el discursito  inaugural, biliososo como suyo y maleducado, donde no tuvo el detalle de dar las gracias o pedir disculpas a la ciudadanía, por haber  plantado semejante estorbo en lugar público. Presidiendo nada menos que los Jardines de Albia, feudo secular de D. Antonio de Trueba ( Benlliure , 1895), hay que ser patán. Y de pocas luces el Ayuntamiento que lo dio por bueno, imponie