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RECETA PARA LA ARGENTINIZACIÓN DE UN PAÍS


Indicaciones:
Este cóctel es muy recomendable sobre base social previamente macerada intelectualmente. No es necesaria una gran preparación por parte de los dirigentes, pero sí altas dosis de irresponsabilidad y/o falta de escrúpulos.


Ingredientes:

1) Utilización masiva de la demagogia (nota: las marcas pueden variar, pero funcionan igual de bien “Populismo” (Latinoamérica) y “Progresismo” (España)).

2) Utilización del erario para comprar voluntades y para el otorgamiento de subvenciones a grupos afines (nota: en un estado territorialmente fragmentado, hay que estar dispuesto a desembolsar mucho más)

3) Control de los medios de comunicación mediante canalización de dinero público a los grupos afines.

4) Utilización de una fuerza de choque mercenaria contra los adversarios políticos. (nota: se desaconseja, en sociedades buenistas, el empleo de camisas pardas, correajes vistosos y demás atrezzo paramilitar que puede alarmar a la población. Por el contrario, es mucho más recomendable que estas fuerzas se disfracen de sindicatos)

Dado que los puntos 2, 3 y 4 implican la utilización masiva del dinero público, inevitablemente se producen ciertos efectos secundarios perniciosos sobre la economía:

- Imposibilidad de control del gasto público.
- Crecimiento incontrolable del déficit.
- Progresivo desplazamiento de la iniciativa privada (improductiva, a efectos políticos)

Por eso, este cóctel resulta bastante indigesto para los ciudadanos. Esto hace necesario añadir un ingrediente más (un digestivo, podríamos decir):

5) Creación artificial de un enemigo para canalizar el descontento (nota: lo idóneo es que sea el adversario político) Actuaciones puntuales recomendadas:
- Creación de una memoria histórica ad hoc.
- Desenterramiento de cadáveres.

Puede adornarse con una sombrillita y unas bengalas. ¡Que lo disfruten!

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