Lo peor: Rajoy se apresuró a afirmar que "los españoles han avalado lo que hizo el PP en el Congreso de Valencia", lo que desvelaba cruelmente la condición de señuelo del candidato, y representante de la vieja guardia, Mayor Oreja. Sospecho que, por el contrario, si el resultado hubiera sido una derrota Rajoy le habría atribuido generosamente todo el mérito.
En cualquier caso, Rajoy interpreta el triunfo electoral como el refrendo del electorado a su cambio de rumbo en 2008, a la apuesta por la simpatía hacia el nacionalismo y a la “cortesía lingüística” de Feijoo. No parece, por tanto, que vayamos a dejar de caer, aunque quizás se modere la velocidad de descenso. Por eso, creo que hemos perdido la ocasión de darle una buena patada en el trasero a Rajoy, aunque, lamentablemente, fuera en el de Mayor Oreja.
Enhorabuena a UpyD. Hay mucho trabajo por hacer.
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