Siempre son dignos de contemplar los trabajosos esfuerzos de Suso por pergeñar un texto, así como la audacia de El País por publicar el resultado. Les resumo el de hoy, que se llama Madrid y las fallas.
Lo de las fallas no se refiere a las de Valencia sino a las dos grietas que, según Suso, dividen España. Una de ellas es la que divide a los nacionalismos periféricos, que, obviamente, para el autor representan la libertad, la diversidad, el buen rollo y lo guay, con el nacionalismo “españolista y conservador” de Madrid, que además es “centralista y uniformador” (esto lo repite dos veces). La segunda de las fallas es más misteriosa, pues es la que “enfrenta a los partidarios de una industrialización que nunca se pudo realizar con el tradicionalismo integrista, antaño representado en los restos de la nobleza y hoy encarnado en la Iglesia católica”. En cualquier caso, como en Madrid no para de ganar la derecha se ha quedado permanentemente en el lado malo de las dos fallas, lo que la ha convertido en un agujero nacionalista maloliente (y, supongo, no industrializado) que hay que “ventilar y abrir” al resto de España.
Así que el problema nacionalista de España está en Madrid. Un certero análisis al que sólo le falta una ilustración de Forges. Por cierto, Suso continúa defendiendo impávido el mayúsculo escándalo protagonizado por Aguirre al “falsear el resultado de unas elecciones democráticas mediante compra de diputados para conseguir la Presidencia de la Comunidad de Madrid”
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