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Mostrando entradas de octubre, 2008

IMPRUDENCIA REAL

El error imperdonable de la Reina es haber confiado la redacción de sus memorias a Pilar Urbano. Reconozco que todo lo que se de ella se reduce a dos cosas 1) escribió unas memorias de Garzón (nada que objetar) y 2) escribió un libro absolutamente imprescindible sobre el 11-s: “Jefe Atta”. Conocí este libro por una amiga, digamos, progre, que estaba entusiasmada con él porque responsabilizaba de los atentados a occidente, a los americanos y a Bush. No puede ser, pensé. Pues sí. La propia Pilar Urbano, en la presentación del libro, confesaba que, tras investigar el asunto, había descubierto que “realmente el crimen se encontraba en Occidente a través de la opresión del primer mundo sobre el tercero”. Deploraba, además, el papel de los medios de comunicación en aquellas fechas, ya que “acabaron por ofrecer información patriotera y fascismo informativo. Si alguien cuestionaba el papel de occidente en estos atentados, si pensaba en voz alta ¿qué hemos hecho para que nos ataquen? le llamab

CON EL AUTO DE GARZÓN

Monsieur de Sans-Foy dijo... Mi querido amigo NAVARTH me ha dado el trabajo hecho, colgando en los comentarios al post de ayer esta propuesta de tema Y MUSICA que no he podido resistirme a interpretar. Va por Vd.: Con el auto de Garzón, todo tiene solución. Si le da publicidad, no tolera impunidad. El mundo que haría ¡pí, pí, pí! sin Su Señoría ¡pí, pí, pí! Que está muy en boga ¡pí, pí, pí! la vedette en toga ¡pí, pí, pí! Si lo pide Baltasar nos pondremos a cavar. Forma parte de su plan de olvidar el Bar Faisán. Vamos con la pala ¡pí, pí, pí! que Garzón lo avala ¡pí, pí, pí! Vamos con el pico ¡pí, pí, pí! a por Federico ¡pí, pí, pí! (Publicado en el blog de Santiago González)

EN EL AUTO DE GARZON

Garzón se resiste valientemente a dejarse constreñir por las exigencias de la argumentación cuando ésta se opone a sus propios intereses, de modo que audazmente la sustituye por una maraña de invocaciones diversas (a sentencias, jurisprudencia, opiniones y libros ajenos e incluso propios) y una esforzada tarea de cortado-pegado que lo llevan, me temo, a duplicar párrafos. . Pero con este método, Garzón consigue meter en el mismo saco a Franco, a los nazis e incluso a las milicias hutus. Lo consigue en un par de páginas a partir de unas declaraciones del Mariscal Keiter (supongo que es Keitel), la mención de un tal George Henry Joseph Ruggin (supongo que es Ruggiu), los bandos de Queipo de Llano, los de un energúmeno que no conocía, el conde de Alba de Yeltes, y unas declaraciones de Franco al periodista Jay Allen*, en las que le asegura que está dispuesto a acabar con la mitad de la población de España con tal de alcanzar la victoria. . Esto, además, le permite realizar un complejo ara

BURN AFTER READING

Zapatero era Dios, Suso su profeta y Pepe Blanco su látigo. ¿Había llegado, pues, la era de la estupidez a la Tierra? Todo parecía indicarlo, y era, por tanto, un buen momento para la película de los Cohen, que parece tratar sobre la preocupante extensión de esta plaga. En ella se presentan dos mundos. Uno, impecablemente banal, centrado en los encargados de un gimnasio, y otro algo más sofisticado (aunque sólo en apariencia) integrado por triunfadores profesionales de las altas esferas. La acción se desencadena cuando ambos mundos contactan, precisamente, en el gimnasio, donde un analista de la CIA pierde un CD con las memorias que ha comenzado a escribir. Los empleados lo encuentran y, como su necesidad de dinero es perentoria, pues la encargada desea aumentarse el busto y realizar otras operaciones estéticas menores, deciden exigir una recompensa al propietario a cambio de su devolución. Y así, sin sobresaltos, sin que haya mediado el menor proceso de reflexión, tenemos a los camara

SLAVOJ ZIZEK HOY EN EL PAÍS

Hace tiempo comencé a leer un libro de Zizek que se llamaba, creo recordar, “En defensa de las causas perdidas”, y una de las causas que Zizek se proponía reivindicar era el estalinismo. Zizek defendía que si bien era cierto que Stalin había provocado la muerte de millones de personas, esto quería decir que, al menos, las consideraba personas. Con esto quería poner de manifiesto el humanismo de Stalin, que había renunciado a configurar el paraíso socialista como un gigantesco hormiguero integrado por unidades desprovistas de humanidad (como habían pretendido algunos ingenieros sociales revolucionarios) y que, por el contrario, había considerado a sus súbditos en toda su dimensión humana, lo que incluía la posibilidad de matarlos. Como el libro estaba en inglés, consideré la posibilidad de no haber entendido correctamente el argumento. No obstante, el artículo de hoy de El País está en español, por lo que el error idiomático debe quedar descartado. El método preferido de Zizek consiste