Dada su condición de volátil centro del universo, Zapatero necesita gente como Juan Pedro Valentín para orientar a sus fieles, que dan lo mejor de sí mismos por su religión pero se pueden despistar ante la velocidad de los giros. El valor de Valentín radica en su tono. En él, el tono sustituye al contenido, lo que es muy conveniente cuando este no existe o no huele muy bien. Con su voz bien modulada, Valentín señala a los fieles donde está la Meca en cada momento, a fin de que puedan postrarse adecuadamente y no enseñar inadvertidamente las posaderas al Profeta. También podría decirse, aunque es algo más ordinario, que Valentín es el mamporrero que ayuda a apuntar correctamente las energías de los adeptos.
« Es lamentable la falta de interés de la justicia y de la derecha para que haya mecanismos para reparar estos delitos de lesa humanidad . El PSOE debe sumarse a este esfuerzo ». Los delitos de lesa humanidad a los que se refiere Enrique Santiago son los «bebés robados» del franquismo, y el esfuerzo que requiere del PSOE es seguir adelante con la proposición de ley presentada en 2020 en Cortes por ERC, PSOE y Podemos, Bildu y Baldo(ví), y que lleva atascada desde entonces. La exposición de motivos de la empantanada iniciativa nos cuenta esta historia. Queridos niños… « Durante décadas, y hasta etapas muy próximas, en España se ha producido, amparada en la impunidad, una de las mayores atrocidades que ha vivido nuestro país. Un número inmenso de niños fueron sustraídos en cárceles, clínicas y maternidades, y sus familias biológicas siguen sin saber su paradero a día de hoy ». No me dirán que no es una historia tremenda, y que la desolación de Enrique Santiago no está justificada. Se tr
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